Que le crezca la nariz como a Pinocho a quien niegue el placer de un buen sorete.
La textura justa, blando pero contundente. Un olor indiscutiblemente familiar. La soltura de las entrañas al descargar ese peso que nos pedía su liberación. Un que otro pedito sin ruido, lento y gaseoso. Ojo, que no salpique. Salen sin esfuerzo tres generosos trozos.
Siento pena de lxs constipadxs.