Lo que se estila ahora son los amores virtuales. Digo, desde el lanzamiento de internet existe pero por un tiempo fue considerado como algo patético y desesperado, ya hoy en día es aceptado y muy utilizado por personas de todas las edades.
Yo me enamoré de un circulito de whatsapp.
No lo conozco y a veces creo que no lo quiero conocer. Porque tanto pasó ya en el terreno virtual, que volverlo real sería como un colapso de esta dimensión de existencia. Sería irreal.
Él me agregó y yo le dije porqué me agregas sin conocerme y dijo para ver tu muro a veces miro el muro de la gente y si está bueno lo dejo y sino lo borro. Ok, medio friki, medio vicioso. No, simplemente gato (cuesta admitirlo). De hecho lo llaman gatito. Maldito. En fin. Hace 5 meses que chateamos. CINCO MESES. Es mucho, demasiado. Estoy demasiado donada, entregadísima y a la vez muy cómoda en mi pieza en mi cama de una plaza, sola, con mis auriculares y un cargadisimo Spotify como para irme a depilar, exfoliarme piernas y cara, maquillarme y exponer mi ahora entero ego nuevamente a los fuegos de un gato, loquillo que seguro me va a encantar en persona y en carne más que en whatsapp.
Hace 5 meses que chateamos. Ya pasó de todo. Ya cogimos por whatsapp entendes? Ya nos dijimos "vamos a dormir" imaginando que cuchareábamos. Y sin embargo cada vez se puede empezar de nuevo con la misma frialdad. Es muy raro, es muy loco y me gusta que así sea, totalmente ficticio. Como lo que estudio en la facultad, que la ficción la podes manipular a gusto y piacere y el documental no, te atraviesa, tenés que dejar que lo que filmás se exprese por sí solo, obvio que poniendo tu opinión, pero no podés hacerte el/la boludx con que lo que filmás es tal como vos lo filmás, me explico? En esta ficción, el piensa que me estoy tocando ardientemente y en realidad estoy con medias de lana, el pelo sucio y el chivo peludo escuchando a los back street boys. O al revés, el me manda audios re tiernos cantando desafinadamente canciones de Virus y yo solo pienso en comerle la verga.
Y así me enamoré de mentira. No se si de él cuando me canta o de mi cuando le mando fotos, no se si me gusta quien soy para el o me gusta el o me gusta ese juego. No se, no necesito saber. Es el amor 2.0 que es honesto es su engaño y no daña ni a una mosca. Solo hace falta un año de inyecciones anticonceptivas que te disminuyan el deseo sexual y una cuenta premium de Sporify.
martes, 3 de noviembre de 2015
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