martes, 30 de abril de 2019

Hago las paces

Corriendo el riesgo de jinxearla, me veo motivada a contar que finalmente creo estar haciendo las pases con mi sexualidad.
Suena raro decir de hacer las pases con la sexualidad para una paki puta como yo. Porque las que son como yo no buscamos la paz, no hacemos las pases, que es eso. Nos hacemos las punk rock pero en realidad somos un caramelito. Y tanto nos han roto los ovarios con lo que deberíamos ser y no somos, con como deberíamos comportarnos. Pero no tenemos secretos nunca los tuvimos. Siempre fuimos como fuimos. Solo que lo asumimos de a poco, lo digerimos en un proceso de años.
Siempre me motivó la experimentación sexual. Como cuando eras nena y probabas cosas con tu amiguitos, pero yo nunca dejé de hacerlo. Mi época más conserva fue cuando entré al secundario y eran todes chetxs y no me sentía en mi lugar. Después se destrabo y volvió a aparecer la yo picarona que nunca deje de ser por dentro. Por los pasillos cuchicheaban, a mis espaldas me decían puta y quien me lo decía de frente veía que no me ofendía. Bueno, al principio si, después lo acepté y hasta me apropie de ese status. Pero tenía un conflicto que era no entender porque mi libido era más alta que la del resto, o más desastrosa, o más rebelde, porque mi libido se apoderaba de mi. Ese conflicto me siguió por mucho tiempo y con los años se intensificó. Me sentía incomprendida, insatisfecha también porque los pibes no sabían que hacer conmigo y yo no sabía decirles lo que tenían que hacer. Fui probando cosas todo el tiempo y yendo por donde mejor funcionaba. Pero era como ir a tientas, a ciegas, no llegaba a comprender ni en una más mínima parte que carajos me pasaba ni porque. Sólo sentía soledad. Sola e incómoda.
Aceptar que estar sola no era malo fue el primer paso, aprender a estar conmigo. Pero igual me costaba. Hice experimentos. Por ejemplo, si quería ir de joda y no tenía quien venga, tenia que ir sola igual pero no tenía permiso de sacarme la ansiedad con pucho ni con alcohol. Solo tenía permitido fumar porro. Fumaba paragua en aquella época todavía, pobre de mi, mira las cosas que intentaba para aprender a estar conmigo. Hacia también como en las películas, que supuestamente disfrutan de su soledad poniéndose a escuchar música y también a bailar solxs. Funcionaba pero no me dejaban de arder las ganas de compartir mi mundo interior con el resto, con alguien, alguien. También estudiar cine me frikeaba un poquito, el trabajo en equipo nunca fue lo mio porque soy una pelotuda que no sabe escuchar y si me das cuerda tengo muchas ideas y me entusiasmo y quiero como quiero y me encachilo y bue. De pronto de aprender a estar sola se me complicaba estar con gente, odiaba la gente en la calle, mis amigues no me alcanzaban del todo me sentía sola y no quería ir con nadie. Llegue a tener un chongo virtual por nose como cinco meses? Y todavía ni lo conozco, en fin, me aliene en mi propia cabeza. Me harté de todo, llegué al extremo. Me aislé por completo, de pronto agarre y me fui a un barco en el medio del océano en el medio de la nada. Más sola que nunca y más perdida que en sueños. Llore y cogi con todos y renegue y reflexione y extrañé todo y a todes y supe lo que era importante y lo que había dentro mío y lo que quería y lo que no y lo que soñaba y lo que no.

Hoy puedo decir posta que es todo completamente distinto. No para afuera, no se, no es que compuse mi vida y ahora ya tengo un camino claro y me voy a convertir en un ser humano exitoso (al menos en los términos en los que comúnmente llamamos exitosa a la gente). No es eso, sino que finalmente entiendo más. Veo todo más claro. Lo del sexo siempre fue solo una parte de toda yo y simplemente es el botón que yo elegí presionar (uh yeah) jaja pero si, por varios motivos psicológicos que ya ni cabe acá explicar. Pero si, logré entender. Que la libido es más que calentura. Que la búsqueda de placer no se limita al sexo. Que hay una sed de expresión, ideas amontonadas, cariño macerado, necesidad de contacto con le otre, mucha. Hay una pulsión de vivir otras cosas, ganas de hacer todo el tiempo lo que quiero, ambas negadas siempre porque no es lo "correcto". Simplemente son muchas cosas y yo todas las canalizo desde siempre de una sola forma porque no aprendi otra.
No aprendi a dibujar, ni a pintar, ni a cantar. Bailar quedó reservado a los boliches y fiestas. Escribir quedo oculto en este blog. Fotos y videos encerrados en el celular. No aprendi otra forma. En el sexo fui autodidacta y siempre hubo voluntarios. De algún modo siempre supe que lo estaba usando para saciar todas mis ganas de creación y relación, no tan concreto pero lo sabía. Lo usaba para vivir como me gustara y hacer lo que quisiera, para rebelarme contra todo y no darle explicaciones a nadie. Y me pesaba todo eso por no entenderlo y por terminar depositando todo en mi cuerpo y en el cuerpo de otros. Me hacía dependiente y me daba ansiedad cuando los otros no hacían lo que yo quería y nada salia como planeaba y quedaba insatisfecha y frustrada y las emociones embotelladas y la libido lacerada. Me enojaba conmigo misma, me odiaba a la vez que me rendía culto a mi misma constantemente. Mi cabeza era un laberinto.

Hoy hago las paces.
No es que de pronto acepte la dependencia y la ansiedad y el depositar todo ahí, en mi suelo pélvico. No es que de pronto tenga todas las respuestas y todo sea fácil. Pero entiendo más. Creo que entender como pasaba era fundamental para decidir como quiero que pase.
La creatividad se expandirá a otros campos. Muchos. Los que siempre ame, de a poco y con paciencia, ésta será mi meta en la vida. El sexo seguirá siendo mi refugio. Elegiré quien pueda tolerar la carga y recibir los mimos. Serán muchos amantes, porque la variedad me salvará para no confundir receptor con novio. Serán muchos para no encapricharme con ninguno. Serán muchos porque soy taurina y la abundancia me hace feliz. Mi cuerpo será un templo y ellos los monjes (jaja)
Me dejaré llevar. Y así estaré en paz.