Que le crezca la nariz como a Pinocho a quien niegue el placer de un buen sorete.
La textura justa, blando pero contundente. Un olor indiscutiblemente familiar. La soltura de las entrañas al descargar ese peso que nos pedía su liberación. Un que otro pedito sin ruido, lento y gaseoso. Ojo, que no salpique. Salen sin esfuerzo tres generosos trozos.
Siento pena de lxs constipadxs.
domingo, 12 de agosto de 2012
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Usted acaba de escuchar parte de la conversación casi interminable conmigo misma que durará toda mi vida y cuyo archivo comparto con la nada virtual. Siéntase libre de opinar del tema en cuestión.