domingo, 17 de noviembre de 2013

Todavia me acuerdo

De la persona más cínica con quien tuve el desagrado de compartir mañanas, tardes y noches.
Digo, es increíble un tipo tan pero tan manipulador, tan mentiroso, tan enfermo, porque sabe muy bien lo que hace y porqué, el tema es que no le importa, no tiene códigos, no tiene alma ni consideración de nada. Al menos así era antes. Ahora tiene una nueva novia, más pendeja todavía, igual a la pendeja que 'se vio obligado' a desvirgar acá en Córdoba. Pendeja que comenzó a ser mi amiga y parecía la más dulce del mundo, la más tierna y bien intencionada. Y un buen día de la nada no me respondió nunca más. Más que de la nada, yo diría que rompió nuestro 'pacto' de no hablarle más (el cual yo también rompí, que idiotez primero el pacto y segundo romperlo) y la semillita del mal volvió a brotarle. Ese pibe la destuyó. Yo ya estaba acostumbrada a garcharme a pibes que nada que ver, que no me hacían sentir bien de ningún modo, que me dejaban tirada y yo seguía haciéndolo sólo para hacer algo. Pero por suerte eso nunca me corrompió. Pero ella era virgen, era dulce, era una niña, de verdad. Yo a su edad también lo era. Ahora es una quemada que no se da cuenta siquiera la cantidad de atención que necesita y que obtiene subiendo una foto de sus tetas con una remera de barbie al tumblr.
Digo, que loco que existan personas así. Personas tan pero tan bizarras que las odias pero cuando las ves siempre encuentran la forma de hacerte pisar el palito otra vez. De hacerte sentir una idiota inconsciente. Es ahí que comprendes cómo existe y opera el poder de manipulación humano.
Y dentro de todo esto, la verdad, increíble lo super grosa que soy yo, no teniendo resentimiento alguno.

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