domingo, 18 de abril de 2010

Después de tantas veces de encontrarme con lo mismo, llegué a la conclusión de que es normal estar confundido. De hecho es hasta favorable. Quizás confundiéndose cada tanto uno va renovando lo que quiere o renovando las ganas o clarificándose más una vez que la nubecita de humo mental se va. Además la confusión nunca es la misma (a menos que anteriormente uno no haya entendido la moraleja de la situación confusa). Las confusiones son producto, causa, consecuencia, y lubricante del crecimiento.

Pero hay una (o más..) preguntita(s) en mi cabeza que me hace pensar mucho: será que la confusión me es tan normal porque no estoy aprendiendo la moraleja? o será el tanto wonderar lo que me confunde más y más? o simplemente mi personalidad es confusa y poreso a veces quiero una cosa y al rato otra? o será que una sola cosa mal resuelta me desencadenó un largo historial de confusiones? y en ese caso, cuál habrá sido ese desarreglo? Para todas estas preguntas, siempre hay que tener en cuenta algo que aprendí recientemente y es que las confusiones no se clarifican con decisiones, sino con paciencia y mucho pensar. No es que por tener una duda sobre qué hacer, la decisión nos va a librar de toda confusión. Y de hecho...

Estoy confundida! Tome una decisión que me clarificó ciertas cuestiones y me confundió otras, y ahora siento que hay otras decisiones por ser tomadas. Hice una elección que me llevó a ver otros aspectos del mismo problema y sobre los cuales no había meditado y ahora me siento obligada a accionar. Y no sé que hacer ni para donde ir, pero lo más extraño es que yo pensaba que sabía más o menos lo que se venía con esa decisión, pero de pronto siento cosas nuevas. Cosas que estando en la misma situación en dos otros momentos de mi vida no sentí. Qué hago con estas cosas que siento? Nunca pensé que mi elección fuera a suscitar esta conmoción en mí y ahora no tengo idea what's next. Pero lo más difícil es que no soy solamente yo.
Hay dos partes en esta confusión.

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