domingo, 9 de diciembre de 2018

XX...X?

Sí, habéis adivinado bien, el contenido de este texto es de índole sexual. Para variar. Aún que si he variado de hecho. Este blog no refleja hoy por hoy todas mis etapas y búsquedas. Esta en particular es la que os vengo a relatar hoy.
Hace un tiempo comencé a replantearme mi sexualidad, en términos de si realmente la disfrutaba y de que dependía eso: como cuando donde porque con quien. Surgió a partir de ya hace más tiempo aún haber detectado que no estaba haciéndolo desde un lugar de encuentro y placer si no mas bien desde la ansiedad, la inseguridad, la impotencia e insatisfacción respecto a la vida que llevaba y a otras cosas más freudianas.
Me costó bastante aceptar que no era sana en ese aspecto y más todavía aprender a hacerle caso a mi instinto y no meterme con hombres que no me respetaba o que no tenía problema con que yo no me respetara (ambos tipos de personas igualmente tóxicas) y que no les importa en lo más mínimo el goce de la mujer con la que están.
Aquí descubrí algo fundamental. El goce. El goce de las mujeres. Lo conozco bien y se como conseguirlo. Lo deseo, lo quiero, quiero estar con alguien que me lo genere. Pero y si no?
He fingido en el sexo toda mi vida. No es que nunca haya disfrutado, si estuve con hombres que me hicieran gozar pero diría que la balanza se inclina hacia el otro lado. Digamos un 70-30 en porcentaje.
Porque fingir?
Esta es la pregunta natural, porque sabemos en teoría que fingir no resulta, no sirve, no suma. Resta y mucho. Pero fingimos. Las mujeres nos desarrollamos en una sociedad donde gemir es lo que al parecer corresponde y en la cual el hombre es el centro. Del sexo, también. No nos animamos a decirle que no acabamos y queríamos. Que lo hizo mal, que no nos calienta eso, que queremos aquello, que nos arrepentimos o cambiamos de opinión y en realidad no pinta. Muchas de esas situaciones me han tocado, y en ese caso solo fingí. Es lo que me salio, ni siquiera lo pense. Pero mientras más lo hacía, más me alejaba del placer y del respeto y amor propio.
Fingí con muchos hombres, por muchos motivos y de muchas formas, tanto, que al ver lo que estaba haciendo tambien me di cuenta que me costaba distinguir cuando fingía y cuando no. Las dos veces me expresaba identicamente. Seria que fingía como imaginaba que se vería el gozo real y por lo tanto al gozar realmente emulaba este comportamiento? Osea, empecé a demostrar goce real del mismo modo que fingía, me confundió terriblemente.
Hoy por hoy no quiero fingir más, estoy muy consciente de lo que eso significa y quiero poder ser honesta al respecto. Pero, se bancaran mi honestidad?
To be continued...

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