sábado, 15 de mayo de 2010

Suaves gritos.

La cosa es así. Te vi hace dos días. Yo: linda, alegre, feliz, radiante, valiente. Vos: confuso (como siempre desde que pasó lo que pasó). Te vi en un bar, escuchamos la música más linda, nos sonreímos con cariño, nos reímos como niños, charlamos de cosas en las que opinamos igual, en fin, creo que nos quisimos por un ratito. Después, sentencia, con cara de que no confias en mí ni un poquitito: 'Te voy a preguntar algo y quiero que me digas la verdad, que no escapes, que no me mientas. Enserio' (empezamos mal). La cosa es así: lo hice mal. Soy normal, estoy mal, pero hago lo que puedo. Yo: colapsé. Vos: me gritaste suavemente, no con la intensidad de tu voz, sino con las palabras exactas para destruir todo mi interior, todo eso que en estos días estuve tratando a forjar a pesar de mi dolor, todo eso que me estuvo sacando adelante, toda mi esperanza, toda mi alegría, mi valentía, mi brillo. Cada palabra susurrada entre los acordes de frutilla, cada palabra cuidadosamente pronunciada, se sintió como un grito dentro de mí. Catástrofe, apocalipsis, derrumbe, terremoto, temblor. Tres cigarrillos seguidos, respiración entrecortada, despedida que no fue despedida, mis pensamientos: 'quiero desmayarme, quiero desmayarme, quiero caerme de cara al asfalto'. Por un segundo casi lo logro, mi tensión bajó justo cuando entramos al auto, ya era muy tarde para dar pena.
La cosa es así: o te decidís en lo que querés de mí y te lo doy, o nos dejamos de gritar suavemente, que es la peor clase de grito que hay (especialmente cuando es intencional). No quiero sufrir más, ni que sufras vos, ni que nos sigamos haciendo mal. No más mail ni llamada ni mensaje ni historias tergiversadas de por medio. La idea era hacerse bien, no te gustó, entonces no nos hagamos
nada.
me duele, pero es momento de decir au revoir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Usted acaba de escuchar parte de la conversación casi interminable conmigo misma que durará toda mi vida y cuyo archivo comparto con la nada virtual. Siéntase libre de opinar del tema en cuestión.